miércoles, 18 de abril de 2012

The Grand Canyond


Como un grano más de arena de esta playa a las orillas del río Colorado, me siento a observar sus salvajes verdes aguas.

Ahora soy una de las millones de gotas de agua que viaja en su cauce hasta desembocar en el Mar de Cortez. Al igual que mis otras compañeras voy nadando en la corriente, juego a saltar en los rápidos y descanso en la superficie a luz del sol en los remansos del gran Colorado.

Ahora me transformo en uno de esos arbustos que tiñen de verde estas orillas…y pienso…¡Qué suerte haber nacido a las orillas de este río! Y no como esos cactus y matorrales que viven en la aridez de las escarpadas paredes del cañón.

De nuevo vuelvo a ser arena esperando que una crecida del río me lleve a ver otros lugares de este cañón, o quien sabe, quizás con suerte, al océano.





jueves, 12 de abril de 2012

RUTA 66


Atrás quedaron los bosques exuberantes de Florida, el aire húmedo de la costa del Golfo de México y las lluvias de primavera del sur de Lousiana. Nos encontramos ahora mismo atravesando el profundo oeste de los vaqueros, de los pueblos fantasma en mitad de la nada, de las gasolineras abandonadas que un día surtieron de “gas” a aquellos hoy clásicos vehículos que se adentraban en la ruta madre, la Ruta 66.

Hoy, como en aquellos tiempos, avanzamos hacia el oeste por la 66, atrapados en la inmensidad de sus llanuras, de sus praderas desérticas, salpicadas únicamente por verticales paredes de tierra roja en el horizonte y alguna que otra vaca perdida rumiando las últimas briznas de hierba verde.

El sol ciega mis ojos y hace aun más infinita la carretera con su brillo. El calor adormece mis sentidos, la sequedad del aire se adueña de mi respiración y el polvo de la nada se deposita en mi piel.

¡El oeste es más poderoso que tú, vaquero! Y si tu tienes sed, el aún mas, cuando hace meses que no ve una gota de agua y no durará en robarte la tuya.

En algún lugar de New Mexico
RUTA 66, 1 de Abril de 2012
4:40 p.m.




Para los más curiosos...